Hace casi siete años, la vida de Leslie Ruiz dio un giro en 360 grados. De la noche a la mañana se enteró que tenía cáncer. Estaba embarazada de su segundo hijo y, pese a que su mama derecha comenzó a cambiar, nunca sospechó de qué se trataba.
Leslie supo el diagnóstico en medio de un control maternal, cuando le comentó al médico que su mama estaba distinta: “había cambiado de color y hace unos días el pezón se había ido hacia dentro”.
Primero, se sometió a los tratamientos tradicionales: quimioterapia, incluso estando embarazada, posteriormente cirugía y luego radioterapia. Sin embargo, no fue suficiente. El cáncer avanzó a etapa 4 y generó una metástasis.
Aferrada a la vida y buscando alternativas, en 2018 se enteró de la inmunoterapia. “Cuando decidí pensionarme, y buscando otras alternativas de tratamiento, encontré el Centro Clínico Recell“, relata
Leslie sostiene que “el complemento que he tenido del tratamiento con la inmunoterapia ha permitido que haya extendido mi sobrevida“.
La inmunoterapia es un tratamiento de oncología molecular avanzada. Es una terapia personalizada para cada tipo de cáncer donde la idea es programar y fortalecer la inmunidad de los pacientes para enfrentar de mejor manera la enfermedad. Lo mejor: sin efectos secundarios.
El oncólogo molecular, patólogo y director del Centro Clínico Recell, doctor Ramón Gutiérrez, explica cómo funciona el procedimiento: “de la biopsia de cáncer se toman algunas células y moléculas tumorales que se ocupan en laboratorios de oncopatología molecular para programar linfocitos o glóbulos blancos que se han extraído de una muestra de sangre del paciente, eso es lo esencial”.
“Esos linfocitos se aplican superficialmente en la piel del paciente y desde allí empieza un programa, una reacción en que los ganglios del paciente comienzan a multiplicar esos glóbulos blancos programados, de tal manera que luego de ello van a ubicar las células que están en el cuerpo para inflamarlas y luego reducirlas o eliminarlas“, agrega.
En resumen, “se ocupan partes del tumor para hacerlo visible porque el gran mecanismo para que el cáncer pueda progresar en el cuerpo es que nuestra inmunidad no es capaz de detectarlo o de reconocerlo”.
El tratamiento estimula las defensas naturales del cuerpo con el objetivo de combatir el cáncer. En el Centro Clínico Recell han atendido a más de 1.100 pacientes y han sido pioneros para que este tratamiento llegue a otros centros.
El doctor Gutiérrez indica que “el paciente lo puede recibir en fases avanzadas o en fases precoces, aunque haya tenido buenos resultados con tratamientos, para atacar esta enfermedad mínima residual y evitar la recaída”.
El vínculo con la enfermedad no es sólo científico para el doctor Gutiérrez. Él también tuvo cáncer: de colon. Fue detectado a tiempo y la primera aplicación de inmunoterapia que realizó la hizo en su propio cuerpo.
Según especialistas, la inmunoterapia evita hasta en un 70% la recaída del paciente, mejorando también la calidad de vida.
¿Qué tan conocido y validado es este tratamiento? De acuerdo al médico, “el tratamiento cuenta con dos premios Nobel, en 2011 y en 2018, en inmunoterapia. Hay más de 420 estudios que ya se han publicado en más de 27 mil publicaciones, de tal manera que es un tratamiento que tiene una fuerte base científica”.
Se trata de una técnica aplicada en 24 países. El precio es considerablemente más bajo si se compara con otros lugares del mundo. En Chile, el Centro Clínico Recell, parte de la Sociedad Chilena de Oncología Molecular, encabeza la implementación de la inmunoterapia, que se puede realizar incluso en el domicilio del paciente.
Leslie es una de ellas. Hoy tiene 41 años, sigue en tratamiento y su sobreviva ha ido aumentando, porque el cáncer ha retrocedido, lo que le ha permitido criar a sus hijos.
Ella hace un llamado a “mirar estos tratamientos complementarios que están hoy en el sistema, como es la inmunoterapia. Es un tratamiento que se puede complementar con el tratamiento convencional que nos va a permitir tener una mejor calidad de vida, que sin duda reduce la metástasis que tenemos, nos va a dar mayor energía y que tiene base científica”.